“No hace falta decir que el trabajo no será fácil”, dijo Harris sobre su nueva tarea. "Pero es un trabajo importante". Una delegación del Gobierno y del Congreso visita además este miércoles un centro con menores migrantes en Texas, y permite el acceso a la prensa tras las denuncias de opacidad en la frontera.

El presidente, Joe Biden, ha elevado este miércoles la urgencia de la crisis humanitaria en la frontera sur al encomendar a su vicepresidenta, Kamala Harris, la labor de frenar la llegada de inmigrantes mediante el fortalecimiento de los acuerdos diplomáticos con México y los tres países centroamericanos del conocido como Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras), desde donde emprenden camino hacia Estados Unidos.

“No puedo pensar en nadie mejor calificado para hacer esto” que Harris, dijo el presidente en la Casa Blanca. "Cuando ella habla, habla por mí, no tiene que consultar conmigo".

 

El nuevo rol de la vicepresidenta es similar al que ya desempeñó Biden durante la Administración de Barack Obama, en la que ocupaba ese mismo puesto. 

 

Biden señaló que el trabajo previo de Harris como fiscal general de California la capacita especialmente para liderar la respuesta de la Administración, en un momento en que el mandatario se esfuerza por mostrar a los estadounidenses que se está tomando en serio la situación en la frontera, después de enfrentar duras críticas de los republicanos a medida que el flujo de migrantes ha aumentado desde que asumió el cargo en enero.

 

El presidente reconoció que estaba asignando a Harris un "trabajo difícil".

“No hace falta decir que el trabajo no será fácil”, dijo Harris sobre su nueva tarea. "Pero es un trabajo importante".

Biden hizo el anuncio durante un encuentro en la Casa Blanca con el secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra; el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y otros asesores de inmigración con los que se discutió el dramático aumento de migrantes, sobre todo de niños no acompañados.

"El aumento con el que estamos lidiando ahora comenzó [con] la última Administración, pero es nuestra responsabilidad tratarlo con humanidad y detener lo que está sucediendo", dijo Biden. "Este aumento ha sido consecuente".

El anuncio coincide con el viaje a la frontera de varios altos funcionarios de la Administración y de miembros del Congreso, que visitan este miércoles un centro de reasentamiento de solicitantes de asilo en Texas. Entre otros, participan  los representantes demóratas por Texas, Henry Cuellar y Sylvia García; Norma Torres y Salud Carbajal, por California; y Adriano Espaillat, por Nueva York, según ha adelantado la web informativa Axios. 

 

El Gobierno permitió además que fueran acompañados por un equipo de televisión en su visita al centro en la localidad texana de Carrizo Springs, con capacidad para 700 personas y reabierto por la actual Administración.

"La Administración de Biden está comprometida con la transparencia", aseguraron fuentes oficiales, tras las críticas recibidas por el Departamento de Seguridad Nacional por las trabas puestas a los periodistas en el acceso a información sobre la frontera. 

 

El centro de Carrizo Springs está gestionado por el Departamento de Salud y está diseñado para albergar a menores, por lo que tiene literas, hay actividades educativas y cuenta con una clínica donde los niños reciben atención médica.

Biden ha recibido numerosas criticas porque algunos de los menores que han cruzado la frontera en las últimas semanas han tenido que quedarse en unos centros distintos, gestionados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés) y que están diseñados para adultos.

 

Los menores no pueden permanecer en esas instalaciones durante más de tres días, pero los centros de la CBP están tan colapsados por el aumento de la llegada de menores que no han tenido tiempo de procesarlos y están siendo detenidos una media de 10 días, según medios locales.

Este lunes el congresista demócrata Henry Cuellar publicó una serie de fotografías tomadas en una de esas instalaciones en Donna, Texas, y que muestran, según él, las "condiciones terribles" en las que se encuentran miles de menores migrantes.

La Administración reaccionó con la publicación de videos e imágenes al día siguiente, y hoy permite al fin que periodistas puedan acceder, de forma controlada, a un centro con inmigrantes, aunque no de la CBP sino del Departamento de Salud. 



Según fuentes gubernamentales citadas por los medios, CBP tiene bajo su custodia alrededor de 5,000 menores de edad, en tanto que el Departamento de Salud acoge actualmente a unos 15,000 niños que han cruzado la frontera sin compañía de sus padres, madres o tutor legal.

La cifra de migrantes indocumentados que cruzan la frontera desde México ha estado subiendo mes a mes desde mayo pasado, y en febrero superó los 100,000, con un aumento del 28% sobre el mes anterior. En el caso de los menores no acompañados, el aumento mensual fue del 61% en febrero.